Los asesinos muy a menudo son niños que nunca aprendieron que está mal sacarle los ojos a un cachorro (Robert K. Ressler, ex agente FBI)
Son varios los expertos que en este artículo tratan el tema sobre esa delgada y peligrosa línea entre el maltrato animal y la violencia humana.
Sin embargo, no hemos sido capaces de prestar atención y más bien nos hemos hecho cómplices de estos actos. Cada vez que vemos a alguien matratar un animal y no lo denunciamos estamos avalando a un posible agresor,violador o asesino. Sobretodo cuando estos actos crueles con animales son realizados por niños.
Peor aún, cuando las autoridades pasan a llevar el principio de efectividad de la ley,específicamente el de la certeza de la pena (Redondo ,2006).
Ya en el siglo XIX John Locke señalaba que "el acostumbrarse a atormentar y matar bestias,endurecera gradualmente las mentes hacia los hombres".
Por su parte, Margaret Mead (1964) afirmaba que la crueldad hacia los animales era un síntoma de una personalidad violenta que, sin un diagnóstico...puede conducir a una "larga carrera de violencia episodica y asesinato.
Ascione(2001) uno de los expertos más estudiados considera que el maltrato animal es una "forma significativa de comportamiento agresivo y antisocial que podría añadir una pieza más al puzzle del conocimiento y la prevención de la violencia juvenil"
Según el mismo experto la crueldad animal se define como el " comportamiento socialmente inaceptable que causa de manera intencional un sufrimiento,dolor o distres innecesario y/o la muerte de un animal".
Asimismo, Gleyzer,Felthous y Holzer (2002) hallaron una relación entre el trastorno antisocial de la personalidad y el hecho de tener antecedentes de crueldad hacia los animales.
Un dato más estremecedor lo aporta Ressler que en una muestra de 36 asesinos y agresores sexuales concluyó que el 36% había cometido actos de crueldad hacia los animales en la infancia, el 46% en la adolescencia y el 36% persistía en la edad adulta.
En consecuencia podemos decir que la mayoría de estos análisis desarrollado por estos expertos revelan una asociación "significativa" entre la frecuencia de crueldad hacia los animales en la infancia y la posterior comportamiento agresivo hacia humanos.
Finalmente, como afirman los expertos " cada vez que no tomamos en consideración el maltrato a los animales , somos partícipes de una actitud moralmente injusta" (Solot 1997) y "perdemos la oportunidad de identificar un comportamiento que podría ser precursora de violencia contra los humanos" (Merz-Perez 2001)
(Nuria Querol Viñas, Ética Animal 2010)
